TERCER DOMINGO DE ADVIENTO (Diciembre 15, 2024)

"Qué debemos hacer?"

Perspectiva Salesiana

La multitud le pregunto a Juan Bautista: “Qué debemos hacer?" Es una pregunta tan simple. Es una pregunta desafiante. Es una pregunta que potencialmente puede cambiar nuestras vidas.

Ustedes y yo vivimos en un mundo en el que la llegada de Cristo ya ha ocurrido. Aun así, este mundo en el que vivimos es también un lugar en el cual todas las posibilidades de esa promesa aún deben ser cumplidas.   

Qué debemos hacer? Acaso debemos tratar de realizarla usando simplemente la fuerza de la voluntad humana? Acaso debemos encogernos de hombros y esperar que las cosas salgan bien?  

La respuesta para nosotros es la pregunta que Juan le ofreció a la multitud hace miles de años: “Sean generosos; hagan su trabajo justamente; no le exijan a los demás que den mas de lo que ellos deben – o pueden – dar." En resumen, seguir la Voluntad de Dios, seguir el ejemplo de Jesús, cooperar con los avisos del Espíritu, no se trata de hacer nada más, nada extra. No se trata de acoger una vocación diferente. No se trata de ser alguien diferente de quienes somos. Simplemente – y así mismo, poderosamente – se trata de hacer más con la vida que ya estas viviendo, y de hacer más con lo que somos y de formas que den vida, justicia y paz a los demás.

Francisco de Sales creía en esto firmemente. El nos advierte que debemos ser cautelosos y no apresurarnos a concluir que seguir a Jesús, que caminar con Jesús y que ser Jesús en la vida de los demás requiere que hagamos extra. Francisco dice claramente: "Se quien eres. Y se eso bien."

Nosotros queremos un mundo que refleje la paz, la esperanza, la reconciliación, la justicia y la rectitud del Reino de Dios más perfectamente. Nosotros queremos un mundo que personifique más claramente el cumplimiento de la promesa que se nos fue otorgada en Jesús. Nosotros queremos saborear de vez en cuando el banquete que nos espera por siempre en el cielo.

Qué debemos hacer? Seamos generosos. Hagamos nuestro trabajo, vivamos nuestras vidas justamente. No tomemos nada de los demás, ni esperemos más de lo que ellos deberían – o no pueden- dar.

Se quien eres. Y se eso bien. Se quien, que, y por que y como Dios te ha creado, redimido e inspirado a ser: dicha para el mundo; dicha para tí mismo; dicha para los demás.

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